La Reina Quilama fue una mujer de la que se enamoró el Rey Don Rodrigo, rey visigodo entre los años 710 y 711. Según cuenta la leyenda, el espíritu de esta mujer habita en una cueva que lleva su nombre, en la Sierra de Las Quilamas (Salamanca); un relato.
La leyenda de la Reina Quilama
La leyenda de la Reina Quilama se remonta al siglo V, durante la decadencia del Imperio Romano. Por aquel entonces, el Rey Don Rodrigo habría quedado prendado de la hija del conde Julián; una joven llamada Florinda y conocida por los musulmanes como «La Caba» (mujer mala). Existen diferentes versiones acerca de esta historia, pero, en cualquier caso, el rey huyó con Florinda y el Conde Julián, tratando de recuperarla, condujo a los musulmanes a la Batalla de Guadalete, en la que supuestamente murió Don Rodrigo.
La Cueva de la Mora encantada
Aunque el Rey Don Rodrigo se suponía muerto en la Batalla de Guadalete, hay datos que confirman su huida hacia el norte, llevándose consigo el Tesoro de los Visigodos y escondiéndose en la Sierra de Las Quilamas. Al parecer se refugió en el Castillo de Valero junto con su amada y ordenó construir pasadizos subterráneos para salir de allí en caso de un ataque. Aun así lo asesinaron, dando esto lugar a la Batalla de Segoyuela (713). Al parecer, la Reina Quilama moriría esperándolo en una de las cuevas de la zona, con el Tesoro de los Visigodos.
La leyenda cuenta que en la cueva hay dos palomas de oro enterradas, procedentes del famoso tesoro, que son custodiadas por la Reina Quilama. Se dice que en las noches cercanas a San Juan se oyen los lamentos proferidos por el espíritu de esta reina mora, que aún espera la llegada de Don Rodrigo.
La leyenda de la Mora encantada en la literatura
Inspirándose en las leyendas asociadas a la Reina Quilama, algunos escritores como Walter Scott, Walter Savage Landor y Robert Southey escribieron diversas obras: «La visión de Don Rodrigo», «El Conde Julián»y «Rodrigo, el último de los godos», respectivamente. También el norteamericano Washington Irving abordó este relato en sus «Crónicas moriscas: Leyendas de la conquista de España».
Las Quilamas
Las Quilamas es la zona más septentrional de la comarca de la Sierra de Francia, al sur de la provincia de Salamanca. Se trata de un entorno de profundos valles y montes, que contrasta con la llanura del Campo Charro. Por su territorio discurre de norte a sur el río Alagón, así como el Arroyo de Palla y el río Quilamas. Una parte de Las Quilamas fue declarada espacio natural, lugar de importancia comunitaria y zona de especial protección de las aves dentro del proyecto Red Natura 2000.
Flora y fauna de Las Quilamas
La flora de Las Quilamas destaca por sus masas de robles. En sus zonas más bajas se aprecia una vegetación de brezales, encinas y alcornoques. También cuenta con masas de melojos, acebos y castaños. Estos últimos son árboles centenarios, llegando alguno de estos castaños a los trescientos años de edad.
Por lo que respecta a la fauna, Las Quilamas es un gran enclave para múltiples especies de aves. Este es el caso del buitre negro, el águila culebrera, el buitre leonado, la cigüeña negra, el halcón peregrino, el águila real o el alimoche, entre otras. Además, cabe mencionar en este espacio la presencia de mamíferos como el gato montés, la nutria, la garduña, el tejón, el conejo y el zorro. Incluso hubo constancia de poblaciones de lince ibérico en este lugar, informándose con posterioridad de algunos avistamientos.