La Virgen de la Vega es la patrona de Salamanca desde principios del siglo XVII, compartiendo su patronazgo con San Juan de Sahagún. Su festividad se celebra el 8 de septiembre, día en el que comienzan las fiestas de la ciudad.
Por su situación geográfica, Salamanca ha sido invadida y reconquistado por romanos, visigodos o musulmanes durante la historia. En 1706, en la Guerra de Sucesión Española, el pueblo portugués partidario del emperador Carlos VI entró en Salamanca y los lugareños se encomendaron a la Virgen de la Vega quien, según la leyenda, los defendió del asalto de las tropas.
Talla de la patrona de Salamanca
La talla de la Virgen de la Vega se ha datado a finales del siglo XII. Se compone de dos figuras, la Virgen con el Niño sentado en su rodilla izquierda. Está realizada en madera forrada con piezas de cobre, oro y bronce, adornada con esmaltes y rodeada de joyas y piedras preciosas. Los ojos de la Virgen son de azabache y los del niño en vidrio azul. La escultura mide 72 centímetros.
Ubicación de la Virgen de la Vega
El primer lugar donde se ubicó la patrona de Salamanca fue en el Monasterio románico de Santa María de la Vega situado en la vega del río Tormes. Tras su ruina a principios del siglo XIX por las tropas napoleónicos, se traslada a la Iglesia de San Polo, y en 1842 se lleva al Convento de San Esteban donde permaneció hasta 1904 donde definitivamente se ubica en el retablo del Altar Mayor de la Catedral Vieja de Salamanca. Y en este lugar privilegiado se puede contemplar en la actualidad.
Himno a la Virgen de la Vega
La patrona de Salamanca tiene su himno con letra de D. Felicísimo Martín y música compuesta por D. Aníbal Sánchez Fraile:
CORO
Abre, Madre, tus brazos al pueblo que a Ti llega
en dulce servidumbre de esclavitud de amor
Salamanca te aclama ¡oh Virgen de la Vega!
sus vidas te ofrece, sus almas te entrega,
es tu gloria su gloria y es el tuyo su honor.
ESTROFAS
I
Fuiste humilde y piadosa, prudente, casta y pura
y Dios, al contemplarse se enamoró de Ti.
Yo quiero que mi vida refleje tu hermosura
y anhelo que mi alma, de tu favor segura,
imite tus virtudes y te halles junto a mí.
II
Tu nombre es ambrosía de labios infantiles
que te dan en sus besos su gracia y su candor.
Es tu nombre poema de sueños juveniles
y es la rosa encendida de divinos pensiles
donde vierte su llanto, contrito, el pecador.
III
Eres rico tesoro, soberana grandeza
del pobre y del humilde que llega a tu mansión
y con gesto de ruda, castellana franqueza,
de rodillas postrado, te ofrece, cuando reza,
la joya inmaculada de un puro corazón.
IV
Tu amor es luz que inflama los cristianos hogares
y florece en las aulas de mi Universidad;
e ilumina los templos de dorados altares:
y brilla en los palacios de piedra seculares
y en la hoguera de oro que es mi vieja ciudad.
V
Te canta el sabio austero que en sus libros se afana
y el juicioso estudiante que aprende su saber
y el monje con sus rezos al toque de campana;
y el labriego creyente que surca su besana
y el obrero en el duro trabajo del taller.
VI
A tus plantas se postra la madre dolorida
y el marcial caballero que marcha a pelear;
y te invoca el enfermo que intuye su partida;
y el santo sacerdote que busca en Ti la vida
que tus brazos sostienen como en cuna y altar.
VII
¡Oh, Virgen de la Vega! En la vida y la muerte
Salamanca es tu trono, tu templo y tu heredad.
Para que nunca deje de ser tu pecho fuerte.
¡Para que cifren siempre sus glorias en quererte,
bendice hoy a tus hijos, bendice a tu ciudad!
Más información sobre la Virgen de la Vega patrona de Salamanca: http://www.diocesisdesalamanca.com/uploads/media/VirgenVega_D._Francisco.pdf