El Verraco de piedra es la estatua de mayor antigüedad en la Ciudad del Tormes; un monumento vetón de naturaleza desconocida muy presente en la literatura y la cultura popular de Salamanca.
Historia y características del Verraco de Salamanca
Creado por los vetones y presente en la entrada de la cuidad desde tiempos inmemoriales, el Verraco de piedra de Salamanca es un animal incierto, que aunque es conocido como verraco (cerdo reproductor o cerdo padre) también podría representar un toro u otro cuadrúpedo. Esta estatua mide 2,10 metros de longitud, 1,57 metros de altura y tiene 0,70 centímetros de espesor.
Aunque el Verraco de piedra estuvo desde siempre en la entrada de Salamanca, el político José María Cambronero hizo que lo arrojaran al río el 10 de octubre de 1843, al pensar que había sido puesto allí por el rey Carlos I de España, tras los sucesos de las Comunidades. Por suerte, el verraco fue rescatado de las aguas el 17 de junio de 1867. Con posterioridad pasó por diversos museos y después se instaló de nuevo sobre el Puente Romano. Este hecho tuvo lugar el 23 de octubre de 1954, coincidiendo con el IV centenario de la publicación de El Lazarillo de Tormes. En 1993 la estatua se trasladó unos metros para ocupar un espacio a la entrada del puente, en vez de sobre el mismo.
El Verraco de piedra en la literatura
El Verraco de piedra de Salamanca está muy presente en la cultura popular de la Ciudad del Tormes. Se trata de un icono especialmente reconocible en uno de los rincones más turísticos de la capital charra. En la literatura, destaca su aparición en la famosa novela anónima de “La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades“:
Salimos de Salamanca, y llegando a la puente, está a la entrada de ella un animal de piedra, que casi tiene forma de toro, y el ciego mandóme que llegase cerca del animal, y allí puesto, me dijo:
“Lázaro, llega el oído a este toro, y oirás gran ruido dentro dél”.
Yo simplemente llegué, creyendo ser así; y como sintió que tenía la cabeza par de la piedra, afirmó recio la mano y diome una gran calabazada en el diablo del toro, que más de tres días me duro el dolor de la cornada, y dijome:
“Necio, aprende que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo”.
Los verracos de piedra
Los verracos de piedra son esculturas zoomorfas presentes en las provincias de Salamanca, Cáceres, Zamora, Ávila, Toledo, Segovia y algunas regiones de Portugal. La creación de estas esculturas se remonta al siglo V a.C., a la época de los vetones y no se sabe con seguridad cuál podía ser su finalidad.
Teorías acerca del los verracos
Existen varias teorías acerca del significado de los verracos de piedra. Como el de los vetones era un pueblo de economía esencialmente ganaderas se piensa que los verracos pudieron ser una señal que delimitaba los terrenos dedicados al pastoreo. Por otra parte están las teorías que piensan en un posible significado místico o religioso. A este respecto, se plantea que formasen parte de ritos funerarios, ya que algunos de los verracos contienen inscripciones funerarias latinas de la época romana. También se piensa que pudieron ser ofrendas a los antiguos dioses (conocidas como exvotos) o que se tratase de algún tipo de culto a la fertilidad.
En la provincia de Salamanca pueden encontrarse otros verracos de piedra, además del de la capital charra. En este sentido, hay verracos de piedra en los municipios salmantinos de Ciudad Rodrigo, Ledesma, Lumbrales, Yecla de Yeltes, San Felices de los Gallegos, Santibáñez de Béjar, La Redonda, Puente del Congosto, Masueco, etc.